Revuelta bohemia

Revuelta bohemia
Parte de guerra de los Treinta Años

La Defenestración de Praga de 1618, que puede apreciarse en este grabado, inició la Revuelta Bohemia. A la derecha puede observarse como una de los defenestrados es ayudado a escapar por frailes católicos.
Fecha Mayo de 1618 - noviembre de 1620
Lugar Principalmente en la actual República Checa y el norte de Austria
Resultado Victoria imperial
Beligerantes
Bando rebelde:

Rebeldes bohemios y austríacos
Palatinado
Transilvania


Participación indirecta:
thumbs Provincias Unidas

Bandera de Inglaterra Inglaterra
Bando imperial:

thumbs Casa de Habsburgo
Liga Católica
Sajonia


Participación indirecta:

Bandera del Imperio español España
Comandantes
Príncipe Cristián de Anhalt-Bernburg

Conde Mansfeld
Conde Thurn

Príncipe Gabriel Bethlen de Transilvania
Conde Tilly
Conde Bucquoy

La revuelta bohemia fue una rebelión de un grupo de nobles protestantes contra la casa de Habsburgo por el control de la Corona Real de Bohemia, que se inició en 1618 y que fue reprimida dos años después. No obstante, pese a su brevedad, este evento fue significativo para la historia de Europa central, ya que la internacionalización de lo que inicialmente fue un conflicto interno en los dominios de los Habsburgo, luego desembocó en la sangrienta guerra de los treinta años.

El deseo de los Habsburgo de aumentar su dominio se vio representado en el impulso que dieron en ellos a la contrarreforma sobre sus dominios, cuya nobleza hasta entonces era mayormente protestante; la proclamación del archiduque Fernando de Estiria como Rey de Bohemia en 1617 fue disputada por los nobles protestantes, que temían su conocido fervor católico, y como símbolo de repudio, planificaron la defenestración de Praga de 1618. Esperando contar con el apoyo de la Unión Protestante e incluso de Inglaterra, los bohemios coronaron al príncipe elector Federico V del Palatinado y fueron prontamente declarados rebeldes por Fernando, quien para entonces ya había sido elegido Emperador del Sacro Imperio. Con el apoyo de España, también gobernada por los Habsburgo, y de la Liga Católica, liderada por el duque Maximiliano de Baviera, las fuerzas imperiales lograron derrotar a los rebeldes en la decisiva batalla de la Montaña Blanca en 1620, y retomaron el control de las provincias bohemias. Luego procedieron contra las tierras de Federico, quien huyó a las Provincias Unidas, que estaban en guerra contra España y proporcionó asistencia a los protestantes germanos.

Aunque historiadores del período de entreguerras han interpretado esta revuelta como una manifestación temprana del nacionalismo checo frente el imperialismo alemán, esto es un anacronismo, ya que los rebeldes fueron movidos principalmente por un sentido de corporativismo aristocrático frente a las pretensiones de los Habsburgo de centralizar el poder y reafirmar su autoridad en sus posesiones, utilizando el catolicismo como medida de lealtad de sus vasallos.


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